lunes, 13 de enero de 2014

Hay un agujero negro entre mi cocina y el quirófano

A la sobrina de la del kiosco no le vino este mes, los chiquitos de la casa de la esquina andan con flojera desde la semana pasada, este fin de semana dos nenes más se tajearon con el clavo ese de la hamaca de la placita, el viejo de al lado le ha contagiado la tos a los nietos parece.

Y entonces el vecinalista o el militante o simplemente la persona sensible y solidaria se pregunta: ¿sabrá el ministerio de salud lo que pasa en mi barrio?

Pero la pregunta en realidad debería ser: ¿sabrán en el barrio lo que pasa en el ministerio de salud?

Entonces la carga de la responsabilidad pareciera invertirse y la organización popular adquiere un predominante rol en el status sanitario de cada rincón.


Es cuestión de imaginar desde donde exigimos y hacemos uso de nuestros derechos. Queda el convite a debatir estos mecanismos de ausencia crónica. 

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