viernes, 2 de diciembre de 2011

Las políticas provinciales de salud son los planes nacionales?

La pregunta es agresiva en sí misma. Pero tiene una explicación sencilla.. es que intentó ser agresiva.
Obviamente la respuesta es un NO rotundo si se debe contestar con rigurosidad monosilábica, sin embargo si tenemos la posibilidad de utilizarla a manera de disparador de debates, seguramente encontraremos muchos puntos comunes entre los programas verticales y las priorizaciones de problemas de salud en la Provincia, y esto no significa que tales planes y programas respondan exactamente a necesidades preestablecidas en el seno de cada Provincia (aunque a veces suceda), sino que mayormente las provincias suelen acoplarse a las normativas y actividades de ellos por diversas cuestiones, entre las que contamos preferentemente, las referidas a la financiación.
Es decir, que el consabido problema de presupuestos escasos en las carteras sanitarias provinciales de alguna manera obliga a incorporar toda posibilidad de financiación externa con el fin de sobrevivir parcialmente en la jungla de exigencias que se presentan  en el sector salud habitualmente. Y en esto se incluyen recursos materiales pero también recursos humanos, que tapan baches, que ayudan a disimular inequidades preexistentes en el mejor de los casos, pero que jamás representan cabalmente lo que se necesita.
Es lógico pensar que los programas nacionales no tienen porqué diseñarse para resolver todos nuestros problemas, sino que solo deberían ser herramientas que hagan homogeneos algunos lineamientos de consenso sanitario. Sin embargo, cuando la ecuación predominante es la dependencia del financiamiento más la ausencia de políticas propias, el resultado obligado es que dichos planes y programas tienden a transformarse en la base del accionar de los ministerios de salud provinciales.
En este sentido viene bien la anécdota, nuestra provincia ha mostrado una deficiente capacidad de reflejos para resolver las ausencias y necesidades del primer nivel de atención en salud y aparece el programa de médicos comunitarios, en ese momento representaba la solución integral a la desprotección del sector APS y se consideraba ideal y milagroso. Luego ocurre cambio de ministro nacional y el programa cambia conceptualmente y pasa a denominarse programa de médico de familia, fue entonces que lo consideramos óptimo y lógicamente ideal y milagroso. Pero todo volvió a las fuentes con un nuevo cambio de ministro nacional y se retoma la conceptualización de médico comunitario, creo que ya todos adivinaron cual fue nuestra opinión.. "por fin volvió el programa ideal y milagroso". En cada cambio, adherir significaba contar con contratos nacionales para profesionales y su rechazo es impensado desde donde se lo mire, pero parece que esta situación dejó inhibida la posibilidad de pensar una estrategia propia de incorporación y formación de recursos humanos para desarrollar políticas sanitarias de corte comunitario.
Ahora bien, ni los programas pretenden ser políticas globales ni quienes lo ejecutan creen que representan todo el universo de acciones a desarrollar en salud. Entonces por qué adquieren tanto vuelo? Solo por el dinero que viene en sus bolsillos? o nuestros cuadros político - sanitarios son inexistentes?. El combo de ambas cosas, como decíamos antes, es seguramemente la verdad sobre nuestra realidad. Esto en sí no es ni bueno ni malo, cuando no hay posibilidades de fijar políticas descentralizadas, solo dependerá de que tan eficiente sea el o los programas ofrecidos, e inclusive podría hasta pasar que sean favorecedores de políticas futuras.
Pero si optamos por generar políticas a partir de la direccionalidad de planes verticales estaremos dejando olvidadas las particularidades sanitarias regionales y las diferencias de modelos asistenciales, y cuando las diferencias y las particularidades no se tienen en cuenta, lo globalizante ocasiona inequidades nuevas (esto ya lo sabemos no?), aunque la intención original sea plenamente inclusiva.
La nota no pretende antagonizar entre planes nacionales y políticas provinciales, sino que intenta alertar sobre las consecuencias de confundirlos en una sola cosa.

1 comentario:

  1. El reconocimiento de la particularidad en Salud, como en todos los ámbitos que conforman un "Proyecto de Gobierno"; es basamento "necesarisimo" en la Praxis del "Agente de Salud", que parte en el acto de Salud-no necesariamente Médico-, de escuchar al "Ciudadano concurrente a la Institución"; persona con un lugar, una historia, con espectativas, conocedor de medidas populares de Salud, éste comentario es inicial.
    Ahora bien, mientras tanto, el político que pauta y acuerda convenios con Otras administraciones-Nacional, Municipal, ONG, etc- DEBE contar en dicho acto, con la interpretación de aquel Acto de Salud.
    Solo aquella respuesta que sea dada a las problemáticas cotidianas de los Centros de Salud u Hospitales Provinciales; tendiendo a la "Des centralización" del "Recurso", es valiosa, superadora.
    Los demás recursos conseguidos, condicionados por "Programas" descontectuados, impuestos a toda la geografía provincial, son sumatorias fragmentadas de entregas, que, según sea la estrategia Institucional Local, SE APROVECHAN, "Gambeteando" los informes, a fin de responder a la realidad concreta.

    En fin, LA CREATIVIDAD PERMANENTE DEL AGENTE POLÍTICO DE SALUD, es sustrato necesario para ocupar ese lugar.
    Sumado a una progresiva sistematización, de las acciones cotidianas, REPENSANDO las mismas, y proponiendo acciones cada vez más efectiva, en cada efector local.
    Silvia Meroi. Caps. Sauce Montrull.

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